viernes, 23 de marzo de 2012

"(...) Preciso era saltar sobre el tiempo..." (fragmento)

"(...) La noche comenzaba a acercarse tímidamente, con esa curiosidad intempestiva que siempre carga ella sobre los momentos decisivos de los noctámbulos, forzando, en ellos, una visión clara e introspectiva, tan urgente como un recambio linfático y fatal. Las piezas sobre el tablero sudaban ansiedad y reto, y la movida que abriera los caminos no se podía demorar ni un instante más. Preciso era saltar sobre el tiempo y clavar la jugada elegida sin titubear, ni pestañear; aniquilando por anticipado el surgimiento de cualquier sombra diáfana y rival; y preciso era evitar también, cualquier atisbo de sugerencia diversa, y la más leve insinuación contendiente. A un costado y bajo tierra, quedaban olvidadas e indiferentes, todas las incertidumbres que pudieran estorbar o encallar el viaje. El nuevo camino debía emprenderse despojado y nudo; y del suculento sabor de los presagios vírgenes iría extrayendo su ambrosía y su néctar, y moldeando, insustancial y con orgullo, los nuevos tegumentos que arroparían durante el trayecto, la renovada ilusión de volver a caminar por senderos desconocidos."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

lunes, 19 de marzo de 2012

Despedida


Para cuando leas esta líneas, yo ya estaré muerto. Tu presencia sin magia me asesinó. Mírate al espejo y reconoce tu mano asesina, tu palabra sin compromiso y tu in-acción. Contaminaste con tus miedos el aire que compartíamos, y tu mediocridad en la lucha llenó de piedras el sendero; fuiste ocaso, hastío y atardecer. Mientras ocultas con cobardía tus sucias garras y te salvas, en este puente abandonado, mi resignación por fin se encuentra a gusto. Por debajo de mi cansancio de ti, la corriente irrebatible de este río endiablado, arrastrará hasta el final, los restos - tibios aún - de este sueño incomprendido que nunca te interesó.  

domingo, 18 de marzo de 2012

Gutural


Un cuerpo que duerme.. silencio. Un gramo de vida, o una sutil intención de voluntad adormecida. Y de repente... el final: un grito apagado, un único y desesperado aullido gutural que llora la soledad, y el abandono; un instante sólo... y al fin la muerte.

domingo, 4 de marzo de 2012

Te nocturno entre tus ausencias


"Te nocturno entre tus ausencias... y te encuentro tan presente, como si aún no te hubieras ido, y la brisa de esta tarde fuera el aire de tu mirada, y tus ojos, y tus palabras, que dibujan cada estrella, y el contorno de esta distancia, y tu silencio, cuando te nocturno entre tus ausencias...
una ausencia de tu cuerpo, y de tu sombra que es tan recuerdo, tan silencio entre mis sábanas, que me ahoga por las noches, cuando la ausencia se me pega, como un sueño que me hostiga en la mañana, y durante el día, y vuelve inútil cada grito, y no hay huida en las noches largas, cuando intento aferrarme a algo que se desvanece en el silencio, y me pierdo en lo indecible, mientras te nocturno entre tus ausencias...
y hay ausencias tan canallas, que trascienden lo que sangran, y sangrar ya es demasiado, cuando la herida es la de uno mismo, y se coagulan los recuerdos, y se secan las venas muertas, y cada llanto es una herida abierta, que se llora hacia adentro, y adentro es tan oscuro, y cada noche es tan silencio, y te busco entre los sueños, y te nombro entre los dientes, y te maldigo - no te ofendas – si te nocturno entre tus ausencias...
y maldigo este nocturno largo, tan cargado de esta ausencia tuya, y de insomnios tristes, con ojos que muerden en la noche, tan profunda, tan dormida, sangre cansada que revienta las heridas, y te sangro entre las sombras nuevas, en el silencio, y en los rincones, donde aguardan agazapados los aullidos que te nombran, cuando el sueño nunca llega, y la noche es tan pesadilla, si te nocturno entre tus ausencias. "

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

jueves, 23 de febrero de 2012

Por donde pasa la noche mía...



"Por donde pasa la noche mía... me encontraste en aquella esquina, y ya no pude soltarme de vos. Fue en la hora última de aquel crepúsculo / de aquella tarde, y de aquel verano, que te cruzaste pateando piedras en mi camino, y fue en esa hora tan tardía del verano, cuando los pasos de los amantes comienzan a languidecer / y la agonía improbable del sol retumba irreverente por los rincones de la tarde, y sólo fue un instante hermoso -ya lo sé- que pareció tan infinito, y las horas ya estaban muertas, y mis pies eran tan cansados, cuando llegaste vos con tus ojos tristes, y te plantaste en silencio delante de mío, con tu sonrisa semejante, y tu mirada tan promesa, ¿y si  fue en una broma empecinada del destino? ¿o en una guasa distraída, que equivocó su caribe? porque nuestro mar nunca fue muy esmeralda, y nuestro verano no tiene palmeras, y nuestra arena que aún esconde huellas, que son las tuyas, y son las mías, y las de esa tarde nuestra, que se hundió en la orilla / cuando la última luna del verano se reflejó en tus ojos, y la brisa era tan nostalgia sobre el mar, y sobre nosotros, y por donde ahora pasa esta larga noche mía...
y la noche siempre se pasa de nostalgias, y de brisas de vos, de huellas que sobrevivieron diez veranos, y que se tranformaron en este amor, que nunca supo de arenas blandas, ni de los presagios de tus caricias, las que llegaron a enloquecer mi rostro, y a enardecer mi piel prohibida, y en tantas noches que fueron cielo, bajo tantas lunas que fueron nuestras / y tal vez fue el conjuro de una estrella infiel, la que confabuló el secreto, o el misterio último que encondían tus palabras, como una herida en el destino, o en la nostalgia de esos puertos nuevos, que te arrancarían de mi lado, y de mis venas, y me condenarían cada verano a contemplar el mismo mar, sentada al borde de esta orilla en sombras, por donde pasa la noche mía..
una noche que cada noche fue más noche mía, y más larga, y más triste, y más lejos de tus caricias, que tardé tanto en aprender a no esperarte, porque una brisa nunca olvida, ni la noche larga, ni la estrella pérfida, ni los nombres que se escriben en las orillas, que son huellas que van más allá del mar, y te hieren como una noche larga, y no es niguna broma, como el beso de aquel verano, o ese roce maldito tuyo / que me dejó amarrada a vos, y a esta nostalgia de labios conocidos tuyos, que ahora beben de otro mar, y duermen bajo otra luna, y me dejan esta noche sin estrellas, abandonada y fría, a la sombra de tu mirada, por donde pasa la noche mía..."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"


viernes, 17 de febrero de 2012

La Nausée


‎" En ce moment même - c'est affreux - si j'existe, 
c'est parce que j'ai horreur d'exister." 
J. P. Sartre     



"¡Si pudiera dejar de pensar! No quiero pensar. No tengo que pensar que que no quiero pensar. Porque es un pensamiento. Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso... y no puedo dejar de pensar. En este mismo momento – es atroz – si existo es porque me horroriza existir."

Jean-Paul Sartre, "La Náusea"

jueves, 16 de febrero de 2012

Bajo este cielo desperdiciado

"Y yo no sé aprovechar la ocasión; voy sin rumbo,
 vacío y tranquilo, bajo este cielo desperdiciado."

J. P. Sartre , "La náusea"

lunes, 13 de febrero de 2012

Y se hundió en tu cielo

"(...) Y la dejé caer, y se hundió en tu cielo... y cayó, como caen siempre las tristezas, arrastrando todo en la caída, y abajo ya no quedaba nada, ni la noche de tus pasos suaves, ni el crepúsculo de tu mirada triste, y después, mientras lloraba, la tristeza era toda mía, y de mis ojos, que te buscaban como adictos, como se busca el cielo en la mirada, o se mira el cielo en la tristeza, y el cielo que eran tus ojos, y tu mirada que era infinita, y mi tristeza como siempre, se llevó todo en la caída, y cerré los ojos, y la dejé caer,  cuando se hundió en tu cielo...
y tus ojos no caían, y en tu cielo demasiado calma, una calma tan infinita, tan indiferencia que me daba rabia, porque mi rabia era tan tristeza, que lograste que perdiera el paso, mis pies entumecidos por el frío, mi dolor enceguecido por las lágrimas, y mi cielo, que no quería ni pensarte, ni oir tus besos en el viento, y tu mirada y tu presencia, eran sólo ecos muy lejanos, y con cada noche fue más difícil respirarte, y no soñarte, porque el aire se fue haciendo más distancia lejos, y la noche demasiado llanto dentro, y el silencio me estalló en el pecho, y mi tristeza se dejó caer, y se hundió en tu cielo...
pasaron días, llovieron años, y el mar se tragó esos ecos, y el cielo se quedó más limpio, y aunque la noche podía ser larga y  mi mirada más infinita, mis pasos encontraron suelo firme, y volvieron a dejar sus propias huellas claras, tu mirada se abrazó a la luna y desapareció, mientras tus ojos daban brillo a las estrellas, y me olvidé por fin de la distancia, y el nuevo capítulo era un verso raro, pero llevaba al menos un nombre mío, y mi sonrisa nueva, pero fue una distracción fugaz, porque la sangre nunca se calla, y los ecos de un amor tan grande siempre acechan, en cada esquina...
y cuando menos me lo esperaba, tu presencia desboró el recuerdo, y tu mirada se tornó tan cielo, que hasta la luna se sintió pequeña, y el olvido adormeció la risa, cuando la distancia me estalló en las manos, porque creí verte volver, y me ganó la confusión antigua, y un temblor entre las piernas, ansiosas / medias dormidas, y caí desbordado en llanto, con angustia, como se cae siempre en la melancolía, y comencé a esperarte, sin saber si era cierto que volvías, porque el amor suele ser presagio, cuando se vuelve ciego, y el eco es tan susurro, y la distancia es sólo una orilla, y cuando el mar acaricia el cielo, y un llanto alegre entibia cada mirada ausente, al ver tus ojos que volvían en silencio, la tristeza insinuó una sombra, pero no le hicimos caso, y yo volvi a caer, arrastrando todo en la caída, y ya no tuve fuerzas para combatir, y me dejé arrastrar, y fuiste lo último que vi, antes de perderme para siempre, cuando me hundí en tu cielo y en tus ojos infinitos."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

miércoles, 8 de febrero de 2012

Te desvío de mis labios


"Te desvío de mis labios... y te encuentro en el camino, porque morder tus besos es llegarte, y que me llegues hasta las entrañas, sin perderme, sin mirarte, sin embargo yo te miro, y te pierdo, y te desvío, para saber que llegas antes, y te espero entre los dientes, que ya no dicen lo que callan, ni muerden lo que sangran, pero sangra todo lo que tocan, y me tocan hasta adentro, y revientan mis entrañas, y me sangran por los besos, y me duele hasta los dientes, yo me asusto, no te digo nada, miro hacia otro lado, y te desvío de mis labios...
Porque duele no besarte, y me muerde tanta espera, y yo muerdo tanto llanto, y ¡tanto tiempo te lloré!, y hoy regresar es tu camino, aunque no me creo tanta suerte, y prefiero tragarme el llanto, y perderme en el desvío, y dormirme sin soñarte, pero vuelves y lo revuelves todo, y tus palabras son tan sonrisa, y tus besos tan presagio, que yo caigo de rodillas, y te sueño sin dormirme, y mi olvido ya te nombra, y mis besos ya te sueñan, y mi piel se sabe frágil, y quisiera tenerte acá.
Pero huyo entre las sombras, y me olvido, tan cobarde, y te desvío de mis labios...
Y aunque te parezca un poco tonto, y espero que no lo sepas, aún guardo entre las sombras, el resabio de aquella herida, silenciada, manoseada, tan payaso triste, y tanta risa solitaria, el pájaro que cayó del nido, y el olvido se comió al dolor, y el dolor se durmió en la herida, y la herida despertó en tus besos, y no quiere más silencio, ni más vacío, ni más pájaros, ni más nido, ni tu ausencia, ni tu herida...porque todos tenemos al menos una, ¿no? Sin heridas no hubo amor, ni sin locura, y tu locura es mi debilidad. ¡y qué difícil ser tan frágil! y haber bebido de tus besos, en silencio, y de tus labios, mis fuerzas pierden pasos, y se confunden los caminos, ni la luna sabe de esto, y yo te espero, y no escucho ya mi herida, y me planto, y en el medio de la espera, porque te amo, te desvío de mis labios."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

Me tiemblan tus caricias


"Me tiemblan tus caricias, y el sabor antiguo de tus lágrimas... salado el beso llanto, de la moneda olvidada en aquella fuente, y hay rojos deseos de no llorar-te más, y lágrimas vivas que enternecen la partida, es tuya ausencia la que llora en los rincones, y en las calles olvidadas, y en las tardes con olor a lluvia, y en la espuma del café con leche, y en esa lluvia que son tu ojos tristes, que se llueven de silencios, entonces arraso este vacío, y tiemblo  cuando me tiemblan tus caricias...
Y se derrama la mirada, y me embarco en tu silencio, en noches de llantos torrenciales, y nubosidades en aumento, y mi cama está tan triste, y mis sábanas empapadas, porque hay llanto para un río, y no duerme mi cansancio, que está tan cansado de llorarte, y vive ahogado en la distancia, en esta distancia que es un silencio, y tu silencio, ¡que ahora es tan distante! que yo ya nada puedo oirte, y no importa la canción, más solo que aquel día, me caigo encima de la noche, y me sostengo de una lágrima, y te sueño, ¡con tanto miedo! que me tiemblan tus caricias...
Y tiemblan cada noche, cuando caigo encima del silencio, y la noche, y las sombras, y tu ausencia, y tu lluvia se me atraganta, y el silencio es un presagio, y la noche se anuncia larga, y las piernas no me sostienen, ni los dientes, ni los brazos, ni mi llanto... y te invento en los rincones, y te lloro entre mis versos, y se inundan nuestras cartas, y recuerdo aquella tarde, y me tiemblan tus caricias...
porque conozco cada mirada tuya, y cada silencio, cada distancia, y la lluvia me dice que no es casual, ni este verso, ni esta lágrima, ni la noche larga, mientras en tu rostro habita este silencio, pero mira hacia otro lado, y oculta risas, y disimula el llanto, y la distancia es esta cama, y es esta noche, y son tus lágrimas... 
y afuera sólo lluvia, y vacío, y no vienes, y recuerdo aquella tarde, cuando al fin te fuiste, y me tiemblan tus caricias."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"