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martes, 30 de octubre de 2012

Crepúsculo y derrumbe


Tímida la tarde
se cubre los ojos /

Se derrumba un crepúsculo
en los confines del mar,
y estalla en silencio una pena /
allende el horizonte.


Un astro vigía se adelanta y
madruga en la noche pérfida /
se descuelga un presagio joven
de la atalaya noctámbula.

Turbios y fríos sueños
acechan los caminos yermos/
como nubarrones siniestros
que esconden la rima última,
el llanto ardiente/
que destroza la rueda.

En la insoportable desolación del alma
se re-integra todo /
se consume el fuego amargo
del antiguo engaño
y surge Uno..

el guerrero imperturbable
de las causas imposibles.

lunes, 13 de febrero de 2012

Y se hundió en tu cielo

"(...) Y la dejé caer, y se hundió en tu cielo... y cayó, como caen siempre las tristezas, arrastrando todo en la caída, y abajo ya no quedaba nada, ni la noche de tus pasos suaves, ni el crepúsculo de tu mirada triste, y después, mientras lloraba, la tristeza era toda mía, y de mis ojos, que te buscaban como adictos, como se busca el cielo en la mirada, o se mira el cielo en la tristeza, y el cielo que eran tus ojos, y tu mirada que era infinita, y mi tristeza como siempre, se llevó todo en la caída, y cerré los ojos, y la dejé caer,  cuando se hundió en tu cielo...
y tus ojos no caían, y en tu cielo demasiado calma, una calma tan infinita, tan indiferencia que me daba rabia, porque mi rabia era tan tristeza, que lograste que perdiera el paso, mis pies entumecidos por el frío, mi dolor enceguecido por las lágrimas, y mi cielo, que no quería ni pensarte, ni oir tus besos en el viento, y tu mirada y tu presencia, eran sólo ecos muy lejanos, y con cada noche fue más difícil respirarte, y no soñarte, porque el aire se fue haciendo más distancia lejos, y la noche demasiado llanto dentro, y el silencio me estalló en el pecho, y mi tristeza se dejó caer, y se hundió en tu cielo...
pasaron días, llovieron años, y el mar se tragó esos ecos, y el cielo se quedó más limpio, y aunque la noche podía ser larga y  mi mirada más infinita, mis pasos encontraron suelo firme, y volvieron a dejar sus propias huellas claras, tu mirada se abrazó a la luna y desapareció, mientras tus ojos daban brillo a las estrellas, y me olvidé por fin de la distancia, y el nuevo capítulo era un verso raro, pero llevaba al menos un nombre mío, y mi sonrisa nueva, pero fue una distracción fugaz, porque la sangre nunca se calla, y los ecos de un amor tan grande siempre acechan, en cada esquina...
y cuando menos me lo esperaba, tu presencia desboró el recuerdo, y tu mirada se tornó tan cielo, que hasta la luna se sintió pequeña, y el olvido adormeció la risa, cuando la distancia me estalló en las manos, porque creí verte volver, y me ganó la confusión antigua, y un temblor entre las piernas, ansiosas / medias dormidas, y caí desbordado en llanto, con angustia, como se cae siempre en la melancolía, y comencé a esperarte, sin saber si era cierto que volvías, porque el amor suele ser presagio, cuando se vuelve ciego, y el eco es tan susurro, y la distancia es sólo una orilla, y cuando el mar acaricia el cielo, y un llanto alegre entibia cada mirada ausente, al ver tus ojos que volvían en silencio, la tristeza insinuó una sombra, pero no le hicimos caso, y yo volvi a caer, arrastrando todo en la caída, y ya no tuve fuerzas para combatir, y me dejé arrastrar, y fuiste lo último que vi, antes de perderme para siempre, cuando me hundí en tu cielo y en tus ojos infinitos."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

miércoles, 8 de febrero de 2012

Te desvío de mis labios


"Te desvío de mis labios... y te encuentro en el camino, porque morder tus besos es llegarte, y que me llegues hasta las entrañas, sin perderme, sin mirarte, sin embargo yo te miro, y te pierdo, y te desvío, para saber que llegas antes, y te espero entre los dientes, que ya no dicen lo que callan, ni muerden lo que sangran, pero sangra todo lo que tocan, y me tocan hasta adentro, y revientan mis entrañas, y me sangran por los besos, y me duele hasta los dientes, yo me asusto, no te digo nada, miro hacia otro lado, y te desvío de mis labios...
Porque duele no besarte, y me muerde tanta espera, y yo muerdo tanto llanto, y ¡tanto tiempo te lloré!, y hoy regresar es tu camino, aunque no me creo tanta suerte, y prefiero tragarme el llanto, y perderme en el desvío, y dormirme sin soñarte, pero vuelves y lo revuelves todo, y tus palabras son tan sonrisa, y tus besos tan presagio, que yo caigo de rodillas, y te sueño sin dormirme, y mi olvido ya te nombra, y mis besos ya te sueñan, y mi piel se sabe frágil, y quisiera tenerte acá.
Pero huyo entre las sombras, y me olvido, tan cobarde, y te desvío de mis labios...
Y aunque te parezca un poco tonto, y espero que no lo sepas, aún guardo entre las sombras, el resabio de aquella herida, silenciada, manoseada, tan payaso triste, y tanta risa solitaria, el pájaro que cayó del nido, y el olvido se comió al dolor, y el dolor se durmió en la herida, y la herida despertó en tus besos, y no quiere más silencio, ni más vacío, ni más pájaros, ni más nido, ni tu ausencia, ni tu herida...porque todos tenemos al menos una, ¿no? Sin heridas no hubo amor, ni sin locura, y tu locura es mi debilidad. ¡y qué difícil ser tan frágil! y haber bebido de tus besos, en silencio, y de tus labios, mis fuerzas pierden pasos, y se confunden los caminos, ni la luna sabe de esto, y yo te espero, y no escucho ya mi herida, y me planto, y en el medio de la espera, porque te amo, te desvío de mis labios."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"