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lunes, 13 de febrero de 2012

Y se hundió en tu cielo

"(...) Y la dejé caer, y se hundió en tu cielo... y cayó, como caen siempre las tristezas, arrastrando todo en la caída, y abajo ya no quedaba nada, ni la noche de tus pasos suaves, ni el crepúsculo de tu mirada triste, y después, mientras lloraba, la tristeza era toda mía, y de mis ojos, que te buscaban como adictos, como se busca el cielo en la mirada, o se mira el cielo en la tristeza, y el cielo que eran tus ojos, y tu mirada que era infinita, y mi tristeza como siempre, se llevó todo en la caída, y cerré los ojos, y la dejé caer,  cuando se hundió en tu cielo...
y tus ojos no caían, y en tu cielo demasiado calma, una calma tan infinita, tan indiferencia que me daba rabia, porque mi rabia era tan tristeza, que lograste que perdiera el paso, mis pies entumecidos por el frío, mi dolor enceguecido por las lágrimas, y mi cielo, que no quería ni pensarte, ni oir tus besos en el viento, y tu mirada y tu presencia, eran sólo ecos muy lejanos, y con cada noche fue más difícil respirarte, y no soñarte, porque el aire se fue haciendo más distancia lejos, y la noche demasiado llanto dentro, y el silencio me estalló en el pecho, y mi tristeza se dejó caer, y se hundió en tu cielo...
pasaron días, llovieron años, y el mar se tragó esos ecos, y el cielo se quedó más limpio, y aunque la noche podía ser larga y  mi mirada más infinita, mis pasos encontraron suelo firme, y volvieron a dejar sus propias huellas claras, tu mirada se abrazó a la luna y desapareció, mientras tus ojos daban brillo a las estrellas, y me olvidé por fin de la distancia, y el nuevo capítulo era un verso raro, pero llevaba al menos un nombre mío, y mi sonrisa nueva, pero fue una distracción fugaz, porque la sangre nunca se calla, y los ecos de un amor tan grande siempre acechan, en cada esquina...
y cuando menos me lo esperaba, tu presencia desboró el recuerdo, y tu mirada se tornó tan cielo, que hasta la luna se sintió pequeña, y el olvido adormeció la risa, cuando la distancia me estalló en las manos, porque creí verte volver, y me ganó la confusión antigua, y un temblor entre las piernas, ansiosas / medias dormidas, y caí desbordado en llanto, con angustia, como se cae siempre en la melancolía, y comencé a esperarte, sin saber si era cierto que volvías, porque el amor suele ser presagio, cuando se vuelve ciego, y el eco es tan susurro, y la distancia es sólo una orilla, y cuando el mar acaricia el cielo, y un llanto alegre entibia cada mirada ausente, al ver tus ojos que volvían en silencio, la tristeza insinuó una sombra, pero no le hicimos caso, y yo volvi a caer, arrastrando todo en la caída, y ya no tuve fuerzas para combatir, y me dejé arrastrar, y fuiste lo último que vi, antes de perderme para siempre, cuando me hundí en tu cielo y en tus ojos infinitos."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

martes, 7 de febrero de 2012

Me levanto de tu asombro


"Me levanto de tu asombro... me descuelgo, y es que me siento incómodo en tu asombro, y a veces creo que todo nos va bien, porque tu mirada es demasiado abierta, y no sabe aún hacia donde va, pero es tu ceguera, que me busca a ciegas, con tropiezos en los pies, y un miedo dulce que te acordona los zapatos, o son tus pasos, mientras te veo venir, pero el miedo llega primero, y me levanto de tu asombro...
te veo venir, y mi grito corre detrás de ti, llueven aullidos en tus ganas de seguir, pero es tarde, y  todos los caminos están nublados a estas horas de la noche, cerrados, y la tormenta en tus ojos se anuncia devastadora, mientras yo te veo venir, y te tropiezas con el miedo, y la luna se avergüenza de haberte llamado, y la calle se vuelve ciega, y ya no te veo,  y entonces yo, que me siento incómodo, y ya no creo que todo nos vaya bien,  te maldigo, y me levanto de tu asombro...
porque esperarte ya no me asombra, ni tampoco que tú vengas, en definitiva siempre fue la misma espera, aunque nos cambien las esquinas, y los bancos de las plazas se vuelvan minutos interminables, ¿cuántas noches caben en un minuto? si de un momento a otro se que no vendrás, y tu ausencia se repite en cada esquina, que será siempre la misma esquina, y fue siempre la misma espera, y tu mirada demasiado abierta, y tu ausencia demasiado aullido, y la luna, y la noche, y yo, que me canso de esperarte, y ya no habrá más sorpresas, ni más esperas, ni bancos, ni más esquinas, y me siento incómodo, porque nada nos va bien, y te maldigo, y ya no te llamo, ya no te olvido, me descuelgo, y me levanto de tu asombro."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

jueves, 23 de junio de 2011

“No te dejes destruir,
oh, no me cedas la victoria fácil!”



LIQUDACIÓN DE SALDOS

Me siento morir en ti, atravesado de espacios
que crecen, que me comen igual que mariposas
hambrientas.
Cierro los ojos y estoy tendido en tu memoria,
apenas vivo,
con los abiertos labios donde remonta el río del olvido.
Y tu, con delicadas pinzas de paciencia me arrancas
los dientes, las pestañas, me desnudas
el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio
y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose.
Transparente, aguzado, entretejido de aire
floto en la duermevela, y todavía
digo tu nombre y te despierto acongojada.
Pero te esfuerzas y me olvidas,
yo soy apenas la burbuja
que te refleja, que destruirás
con solo un parpadeo.

J.Cortázar

***


Mañana, que es mañana, ayer, y mucho más, ya no estarás aquí. Y eso también es una certeza que intento evadir. Se demorará el despertar en una ausencia resignada, e intentará el cuerpo revelarse a seguir. Y triunfará esa madrugada.
Pero algún día, tal vez, otro nombre se cruzará en mi camino, distante de ti, y las comparaciones serán tan inevitables como ridículas; un intento inútil de volver-te a ver, o de asesinar de un golpe certero lo que ya no habita.
Sobrarán entonces las palabras al atardecer,
y alguna noche,
de seguro,
dormiré mal.
Justo antes del final, bajo una constelación sospechosamente nueva,
descubriré unos ojos oteando hacia la misma cima,
sin intención de reflejo...
solo a la espera de
una mirada común, y
con las mismas coordenadas.