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sábado, 5 de enero de 2013

Los Demonios, o una Visión Oscura

"Cada noche, y a través de la noche misma, una parte de mí, agazapada durante el día o en el discurrir del bochorno y las horas muertas, se adentra temblorosa en el silencio previo a la conjura, en el túnel siniestro de un tiempo lento, detenido como una broma. Se alzan fatales los muros al costado del camino y sucumbe el suelo bajo los pies descalzos; agonizante el cuerpo y vencido, en el reflejo lejano de una fosa que encierra entre las sombras el eco lastimoso de mil aullidos abandonados. Grietas en el panal anuncian la caída, y brota el llanto de sangre de aquellos que observaron el horror sin pestañear. Condenados a mirar de frente, lloran espinas de fuego sobre el fango helado que muerde ya sus rodillas, y entumecidas sus manos, se quiebran al rezar por el tiro final que acabe con la tortura espeluznante. Se confabula en el silencio un sueño muerto, un intento desesperado por escapar al designio fatal, el repugnante asco de ser el manjar final de las bestias, carne podrida, reventada y agusanada, vil alimento ponzoñoso de vomitivas alimañas. Digeridas de esta manera atroz las penurias de un día mediocre y gris, vuelve la sangre vital a la tierra de donde brotó el primer día, la historia vuelve a comenzar en sus anales de miseria, con la promesa cínica de un camino suave y tibio que nunca llegará."

jueves, 3 de enero de 2013

Esta noche


Esta noche surge
─puedo sentirlo así─
ávida y fatal,
repleta de sombras densas    e inquietas,
cargadas de presagios.

Siluetas de bordes afilados aguardan en cada esquina,
al acecho de algún noctámbulo distraído a quien abrazar.

Las casas mantienen sus persianas bajas, silenciosas,
como los párpados caídos, fríos, de un animal muerto en el desierto.
Una voz lejana se va perdiendo temerosa en la distancia,
un murmullo de despedida, un aullido solitario,
o dos voces que se separan para siempre.

Avanza la noche sobre los tejados dormidos
atravesando los muros inertes
de nuestras peores pesadillas.

La brisa exánime de la ciudad va perdiendo su voz tímida.
Como en un ataque de afasia repentino
que la condena a enmudecer su destino,
su sino, y su fatalidad.

Un eco casi imperceptible y fugaz es
suficiente entonces para saber
que esta noche está viva,
y sedienta de voces nuevas,
la mirada altiva, cativa, nos espera,
y nos está observando.

sábado, 13 de octubre de 2012

El Verso Inacabado


Solo un cúmulo de palabras disgregadas sobre el papel, descoloridas, separadas unas de otras en la distancia y la indiferencia, y abandonadas en la soledad inconmensurable de una frase a medio acabar, sobre un desierto frío, inmenso y blanco... 
Un verso inacabado. Palabras que mueren en silencio, o en la añoranza de un misterio aún sin revelar.
Es el eco impreciso de un intento; un aullido lejano e inaudible, perdido para siempre en el desamparo infinito de lo desoído.

domingo, 4 de marzo de 2012

Te nocturno entre tus ausencias


"Te nocturno entre tus ausencias... y te encuentro tan presente, como si aún no te hubieras ido, y la brisa de esta tarde fuera el aire de tu mirada, y tus ojos, y tus palabras, que dibujan cada estrella, y el contorno de esta distancia, y tu silencio, cuando te nocturno entre tus ausencias...
una ausencia de tu cuerpo, y de tu sombra que es tan recuerdo, tan silencio entre mis sábanas, que me ahoga por las noches, cuando la ausencia se me pega, como un sueño que me hostiga en la mañana, y durante el día, y vuelve inútil cada grito, y no hay huida en las noches largas, cuando intento aferrarme a algo que se desvanece en el silencio, y me pierdo en lo indecible, mientras te nocturno entre tus ausencias...
y hay ausencias tan canallas, que trascienden lo que sangran, y sangrar ya es demasiado, cuando la herida es la de uno mismo, y se coagulan los recuerdos, y se secan las venas muertas, y cada llanto es una herida abierta, que se llora hacia adentro, y adentro es tan oscuro, y cada noche es tan silencio, y te busco entre los sueños, y te nombro entre los dientes, y te maldigo - no te ofendas – si te nocturno entre tus ausencias...
y maldigo este nocturno largo, tan cargado de esta ausencia tuya, y de insomnios tristes, con ojos que muerden en la noche, tan profunda, tan dormida, sangre cansada que revienta las heridas, y te sangro entre las sombras nuevas, en el silencio, y en los rincones, donde aguardan agazapados los aullidos que te nombran, cuando el sueño nunca llega, y la noche es tan pesadilla, si te nocturno entre tus ausencias. "

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"