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martes, 9 de octubre de 2012

Solo una excusa más...

“Si la vida es una eterna incógnita, 
por qué con la muerte habría de ser diferente.”
E. Sábato 



Leo, sí, leo bastante... aún bajo la certeza de que nunca será suficiente.
Y escribo, también... cada vez escribo más. 
Escribo, como impulso, o tal vez, para huir de aquí, de esta esquina y de este tiempo tan esquivo y fugaz que me ha tocado habitar.
El eco de aquella frase insiste por dentro, profundo... yo dudo, elijo dudar, dudar con todo mi alma.
Intento en vano poblar cada instante en blanco de versos nuevos y torpes, escritos, sangrados, oídos,  soñados... Como esos tres puntos suspensivos a los que siempre vuelvo, y que me colman de misterios, de sublimes visiones que, en algún recóndito rincón de mis sombras, alguna noche haré realidad; como aquellas malditas ventanas que alguna vez soñara Baudelaire, iluminadas  por la tenue luz de una vela a punto morir.
No se trata─ que nadie se confunda─, de algún modo de evasión, no... es una manera más de resolver esta trama ardiente y sutil que me oprime, de salvar este presente fatal de la mediocre visión de los que continúan caminando su condena en círculos, y convirtiendo su infame angustia existencial en un abismo infinito que los absorbe lentamente y los vuelve cada día más insignificantes.
La rueda ha comenzado a girar, para todos... decidan ustedes, señores; ya no queda mucho tiempo más.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Cae la noche

"Nuevamente volvió su mirada a las gaviotas
sobre el cielo en decadencia.Las oscuras siluetas
de los rascacielos en medio de cárdenos esplendores
y catedrales de humo, y poco a poco
entre los melancólicos violáceos
que preparan la funeraria corte de la noche.
Agonizaba la ciudad entera, alguien que en vida fue
groseramente ruidoso pero que ahora moría
en dramático silencio, solo, vuelto hacia sí mismo, pensativo.
El silencio se hacía más grave a medida que avanzaba la
noche, como se recibe siempre a los heraldos de las tinieblas.
Y así terminó un día más en Buenos Aires,
algo irrecuperable para siempre,
algo que lo acercaba un poco más a su propia muerte".


"Abaddon el Exterminador", E. Sábato.

lunes, 27 de junio de 2011

Sábato, Pessoa, ...

"De alguna manera,
nunca dejé de ser el niño solitario que se sintió abandonado,
por lo que he vivido bajo una angustia semejante a la de Pessoa...”
E.Sábato


“Serei sempre o que esperou que lhe abrissem a porta ao pé de
uma parede sem porta...”
F.Pessoa


Camino,
aún me detengo en la esquina,
esperando que alguien tome mi mano,
me ayude a cruzar.

Llueve,
suelo correr calle abajo,
antes que muera el día,
a chapotear espejos de agua.

Junto al mar,
acaban las huellas en la orilla,
queda en la arena
una pregunta sin contestar.

La noche cae...
A tientas busco un portal / místico,
la grieta en el muro
por donde fluyan los sueños.

Ante la certeza de que el viaje aún no ha acabado, me alzo y ando. El viento llega en silencio y me confiesa su lealtad, voces infinitas se alzan entre las sombras y se suman al coro, se desintegran las dudas, y la tierra abre sus brazos al hijo que vuelve. Lejos de la buhardilla que tiraniza, aquel que ha sabido encender el fuego dentro del fuego, canta el verso que contiene al verbo, y provoca bailes heróicos entre las constelaciones.


Pasea el niño
al atardecer,
Recita sobre el muro
el verso definitivo
que abre todas
las puertas.

Sem Portas

"De alguna manera, nunca dejé de ser el niño solitario que se sintió abandonado, por lo que he vivido bajo una angustia semejante a la de Pessoa..."
E. Sábato



“NÃO SOU nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo...

….Serei sempre o que não nasceu para isso;
Serei sempre só o que tinha qualidades;
Serei sempre o que esperou que lhe abrissem a porta ao pé de
uma parede sem porta...”
F. Pessoa