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viernes, 18 de octubre de 2013

Algunos Mandamientos Nuevos


1.- NO irás por los caminos despertando a las Bestias.

2.- NO alimentarás pasiones ajenas... (si no tienes pensado llegar hasta el final).

3.- NO despertarás de ningún sueño creyéndote el mismo de ayer.

4.- NO te sentirás seguro en el silencio.

5.- NO maldecirás las sombras de la noche.

6.- NO ocultarás tu instinto asesino detrás de una máscara de dulzura.

7.- NO justificarás tu inacción en la desidia de los tibios.

8.- NO te adormecerás en el tedio de los caminos sin pendiente.

9.- NO reprimirás tu llanto de sangre, cuando por fin oigas lo indecible.

10.- NO buscarás regocijo ni piedad, pateando las cabezas de los náufragos.

domingo, 29 de septiembre de 2013

El último bar abierto.

"Produce zozobra saber que hay cierta gente que no volverás a ver. Uno sospecha que ahí está el acabamiento, en lo que se ha perdido para siempre, en las noches que jamás se repetirán, la aventura que me ha tentado siempre, la barra del bar como singladura cotidiana... Echo de menos aquellas madrugadas en que buscábamos el último bar abierto. En fin, uno ha cumplido bien. Y ha sobrevivido".



José Manuel Caballero Bonald
"Premio Cervantes 2012"

domingo, 7 de julio de 2013

Los elementos de la noche


Mis paginitas, ángel de mi guarda, fe
de las niñeras antiquísimas,
no pueden, no hacen peso en la balanza
contra el horror tan denso de este mundo

(…) la noche nuestra interminable doliendo.”

*Los elementos de la noche



Ni el agua en su destierro
sucederá a la fuente
ni los huesos del águila
volverán por sus alas.”

*Los elementos de la noche




Sin motivo ni causa uno supone
que llegó pronto o tarde
y se duele
('no habernos conocido...')”

*Otoi que j′eusse aimée...





Sólo el silencio que da miedo. Tan raro,
tan raro, tan escaso se ha vuelto en este mundo
que ya nadie se acuerda como suena...”

*El Silencio




Adiós, espuma del aire, isla que dura un instante.”

*La diosa blanca




José Emilio Pacheco

sábado, 5 de enero de 2013

Los Demonios, o una Visión Oscura

"Cada noche, y a través de la noche misma, una parte de mí, agazapada durante el día o en el discurrir del bochorno y las horas muertas, se adentra temblorosa en el silencio previo a la conjura, en el túnel siniestro de un tiempo lento, detenido como una broma. Se alzan fatales los muros al costado del camino y sucumbe el suelo bajo los pies descalzos; agonizante el cuerpo y vencido, en el reflejo lejano de una fosa que encierra entre las sombras el eco lastimoso de mil aullidos abandonados. Grietas en el panal anuncian la caída, y brota el llanto de sangre de aquellos que observaron el horror sin pestañear. Condenados a mirar de frente, lloran espinas de fuego sobre el fango helado que muerde ya sus rodillas, y entumecidas sus manos, se quiebran al rezar por el tiro final que acabe con la tortura espeluznante. Se confabula en el silencio un sueño muerto, un intento desesperado por escapar al designio fatal, el repugnante asco de ser el manjar final de las bestias, carne podrida, reventada y agusanada, vil alimento ponzoñoso de vomitivas alimañas. Digeridas de esta manera atroz las penurias de un día mediocre y gris, vuelve la sangre vital a la tierra de donde brotó el primer día, la historia vuelve a comenzar en sus anales de miseria, con la promesa cínica de un camino suave y tibio que nunca llegará."

jueves, 3 de enero de 2013

Esta noche


Esta noche surge
─puedo sentirlo así─
ávida y fatal,
repleta de sombras densas    e inquietas,
cargadas de presagios.

Siluetas de bordes afilados aguardan en cada esquina,
al acecho de algún noctámbulo distraído a quien abrazar.

Las casas mantienen sus persianas bajas, silenciosas,
como los párpados caídos, fríos, de un animal muerto en el desierto.
Una voz lejana se va perdiendo temerosa en la distancia,
un murmullo de despedida, un aullido solitario,
o dos voces que se separan para siempre.

Avanza la noche sobre los tejados dormidos
atravesando los muros inertes
de nuestras peores pesadillas.

La brisa exánime de la ciudad va perdiendo su voz tímida.
Como en un ataque de afasia repentino
que la condena a enmudecer su destino,
su sino, y su fatalidad.

Un eco casi imperceptible y fugaz es
suficiente entonces para saber
que esta noche está viva,
y sedienta de voces nuevas,
la mirada altiva, cativa, nos espera,
y nos está observando.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Los espías del tedio.


"O make me a mask and 
a wall to shut from your spies...
... and let the dry eyes perceive" 

Dylan Thomas


La búsqueda, que debía ser límpida por sobre todo epíteto, delataba, tras su máscara divina, el sutil y vago carácter vulgar de los bastos, una distracción fugaz, casi irreal, disfrazada de pausa. Los espías del tedio saltaban el muro con facilidad, destrozaban los rincones más alejados y sus ojos, resecos y lejanos, anhelaban el regocijo de esa visión clara y conciliadora que siempre proporciona una lágrima primitiva y virgen, cautiva en la mirada alucinada y triste de alguna bella señora.
En las sombras maduraba una urgencia, la noche reclamaba acción, o abandono.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Cuando te beso


Tienes razón sobre lo que pasó en aquella primera cita... mientras tus pecas me sonreían, tu boca, o la promesa de esos labios demasiados tiernos, me impedían mirarte a los ojos.
Las palabras brotaban de mí hacia ti construyendo una conversación torpe y vaga que el resto de mi ser ignoraba por completo. Conversábamos, distraídos, como sumergidos en el guión de una película muda.
Toda mi voluntad estaba puesta en tu boca, que intentaba, supongo, decirme algo.
Tus palabras sinceras se desvanecían en el silencio. Mientras, en tus labios, se dibujaba la promesa, tal vez, de algún beso “robado al azar”.
Tímidas y sensuales, nuestras bocas jugaron a provocarse: "el que se queda sin aliento pierde", dije.. y te mordí la boca.
Y el azar, o el destino (que es decir lo mismo), anunció con trompetas el final del juego; y el comienzo de algo más.
Tiempo ha pasado desde aquella primera noche; tiempo, besos, juegos y mucho más.
Vuelven hoy los silencios delicados y la complicidad de esa noche nuestra; vuelve el secreto, y las promesas nuevas, ese intenso sabor a fruta madura que se desprende de tus labios, vuelve esta tierna e insuperable sensación interior...el enigma de nuestra intimidad tan íntima.
Esto es lo que pasa cuando te sueño..y me olvido, y me pierdo entre tus pecas,
y si te muerdo, y despierto en el universo sublime de tus besos...tú vuelves,
con tu misterio, sin mi olvido, y cada vez que te beso,
no hay dudas,
tú vuelves mejor.

martes, 25 de septiembre de 2012

Pérfida y terrible


"Nosotros... que mordimos la condena dulce y nos desangramos en el silencio de esta noche pérfida y terrible, noche llena de sospechas, y de traiciones, de pesadumbres y de luna llena; noche de versos de mal augurio, como presagios que se nos incrustan en los ojos, estos pobre ojos rojos, y rotos, pozos de donde brota el llanto más oscuro, ese llanto puro, tan desgarrador y espantoso, hastiado de la muerte fácil y tan lleno de silencios yermos... como la ablación infernal de esta distancia maldita, sombría y desleal como esta noche final, tan puñal en la garganta y menoscabada de sutiles esperanzas, tan ahogada en el silencio, acabada, y con un tierno dolor a condena amarga.
Porque fue dulce mientras duró, y ahora es acerbo en la distancia... como el resabio de aquel amor perdido, o las secuelas de la primer mordida, sin salida, cuando hay besos que desgarran, que no se detienen ante nada, y uno se desangra por la boca, esta boca que está loca, y son los dientes que muerden carne y los labios, que enajenados lloran sangre... y el mordisco es tan sutil, tan exquisito, y la condena es tan fatal y tan sabrosa, que las huellas no desaparecen, ni la sangre, ni los dientes, ni el dolor que compartimos para siempre, cuando fuimos carne.. y mordimos la condena.
Y el tiempo es ahora el que pasa lento, y la condena la que se hace larga, y esperarte, en el vacío inconmensurable de esta nostalgia, es como buscarte a ciegas en el eco insuperable de una herida, enceguecido por la sangre que brota del vacío, y en el abismo, sentenciado a deambular en la oquedad que me impone tu silencio, y en lo absurdo y nauseabundo de esta puta espera, cuando sé muy bien que nunca llegas, porque este juego sucio continúa ad infinitum,y el maldito círculo nunca se completa, y la noche siempre es larga, y la condena no se acaba..  y mientras, yo, habito en el castigo, porque ahora lo sé / y estoy seguro, que lo pérfido fue morderte,
y lo terrible fue probarte."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

jueves, 16 de agosto de 2012

"Yakamoz"

Voy a dejar que suceda...
Un rastro de palabras tras de mi...
caen sin intención ni estorbo
hacia el verso espontáneo y casual..

El destino, o el azar,
(la sentencia es de J. Luis)
que es decir lo mismo...

¿llenará de noche todos los rincones?
   ¿qué tormentas se desatarán  luego?
      ¿sobrevivirá al fin este corazón inquieto?

Morirá el día (inapelable) al atardecer,
y la noche caerá implacable,
en un intento de poseer
algún espíritu derrotado.

Sobre el hombro izquierdo
sentirás su presencia fatal
y un terror genuino y total,
susurrará su victoria antes de tiempo.

Al borde de un puente viejo
de más / mil muertes abrazadas,
un descuido lunar
regalará un reflejo salvador,

la sublime belleza que guarda su voz
en cada gota de río,

la imagen final que configura el sentido
y destroza la angustia.

Sin llanto, el salto queda obsoleto,
y el nuevo sendero que se ofrece
resulta encantador,
  e irresistible.

Cada piedra vuelve a su camino,
habitan desde siempre
entre el silencio y las caricias.
Las grietas permanecen abiertas
y proyectan sobre la tierra trémula
una vieja luz sin sombra.

Vuelan en la noche tibias mariposas,
retoños de una magia futura
aún por descubrir.

jueves, 26 de julio de 2012

Nocturno rabioso

"...Algunas veces en la noche, hay rostros de doncellas que hieren con espadas de dulzura. Nos alejamos, y el alma nos queda entenebrecida y sola como después de una fiesta [...] se fueron y no sabemos más de ellas, y sin embargo nos acompañaron una noche teniendo la mirada fija en nuestros ojos inmóviles... y nosotros heridos con espadas de dulzura, pensamos cómo sería el amor de esas mujeres [...]

Pensamos cómo inclinarían la cabeza hacia nosotros para dejar en dirección al cielo sus labios entreabiertos, cómo dejarían desmayarse del deseo sin desmentir la belleza del semblante un momento ideal [...] rostros en los que el deseo no desmiente la idealidad de un momento. ¿Cómo vienen a ocupar nuestras noches?

Yo me he estado horas continuas persiguiendo con los ojos la forma de una doncella que durante el día me dejó en los huesos ansiedad de amor".


Roberto Arlt, "El Juguete Rabioso"

sábado, 7 de julio de 2012

Me naufragio en tu recuerdo


"Me naufragio en tu recuerdo... en aquellos mares olvidados y en los puertos tan llorados, con lágrimas que desbordan esos mismos mares, esos viejos mares que desbordan estos ojos ciegos; pobres ojos tontos que ya están secos y rojos de buscarte, por las noches, entre las cajas de fotos secas que duermen debajo de esta cama, y que son la materia triste de mis sueños, y el preámbulo más sombrío de mis peores siempre pesadillas, cuando mi cama es sólo un llanto, y la luna es un aullido tarde, y se me sube la marea, y yo, aturdido, me naufragio en tu recuerdo...
y pienso entonces en esos mares que nunca llegan a buen puerto, y en nosotros, y tanto amante suelto, cayendo, y vaciando el mar en llanto, revolviendo puertos, mordiendo ese aire tan salado, el sabor frío y lacerante de los recuerdo mal paridos, como una traición en cada orilla, y un naufragio en tu recuerdo...
y pensar que te creía ciegamente..  mi terror de siempre adormecido en la luz tenue de tu faro suave, y en la promesa de un no-naufragio juntos, cuando arriesgamos la primer brazada, y cada beso era una orilla, y en aquellas noches pobladas de estrellas de mar, cuando mi andar era tan sirena, y tu canto tan palabra... y es por eso que duele tanto, porque hoy sólo quedan fotos viejas, y las fotos son tan silencio, que ni llegan a ser eco, y se engullen la luz del faro, y no me salvan en esta noche, cuando tiemblo, en el naufragio en tu recuerdo...
y me invento - a veces - otras noches largas, para no llorarte siempre estos mares tan fatales, y charlo tiernamente con las caracolas del jardín, las que cargamos aquella tarde, y ellas también aún se acuerdan de tu promesa al viento, de tu canto tan palabra, y de mis sueños de sirena, y aquella tenue luz del faro, y de la noche del naufragio, cuando te llevaste todo el mar, y me dejaste esta inmensa noche, una orilla llena de miedo, y un puerto triste sin esperas...
y quemar las cartas no sirvió de nada, ni tus besos, ni las naves... tal vez tragué demasiado mar, y ya no estás para abrazarme, y entre tanto miedo brotó un silencio...  y una vez escuché una voz de vos, que tenía el eco de tus ojos lindos, y ese canto tuyo tan palabra; pero la noche era tan cerrada, y ya no se veía ninguna orilla, que huí del mar mordiendo arena, y desperté llorando entre mis sábanas; bajo la cama las cajas siguen, y cada rostro es silenciado, y la noche es implacable, como el mar, o como el puerto, y yo, con entre tus ausencias, me naufragio en tu recuerdo."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

jueves, 5 de julio de 2012

¿Dónde está, oh poesía, tu aguijón?


¿Dónde está, oh poesía,
tu aguijón?

¿Vendrán tus gélidos labios
a cobrarse su último beso?


Caen
los párpados suicidas
y la noche,
oh sombrío remanso,
se reserva un misterio nuevo
para este último sueño.

viernes, 23 de marzo de 2012

"(...) Preciso era saltar sobre el tiempo..." (fragmento)

"(...) La noche comenzaba a acercarse tímidamente, con esa curiosidad intempestiva que siempre carga ella sobre los momentos decisivos de los noctámbulos, forzando, en ellos, una visión clara e introspectiva, tan urgente como un recambio linfático y fatal. Las piezas sobre el tablero sudaban ansiedad y reto, y la movida que abriera los caminos no se podía demorar ni un instante más. Preciso era saltar sobre el tiempo y clavar la jugada elegida sin titubear, ni pestañear; aniquilando por anticipado el surgimiento de cualquier sombra diáfana y rival; y preciso era evitar también, cualquier atisbo de sugerencia diversa, y la más leve insinuación contendiente. A un costado y bajo tierra, quedaban olvidadas e indiferentes, todas las incertidumbres que pudieran estorbar o encallar el viaje. El nuevo camino debía emprenderse despojado y nudo; y del suculento sabor de los presagios vírgenes iría extrayendo su ambrosía y su néctar, y moldeando, insustancial y con orgullo, los nuevos tegumentos que arroparían durante el trayecto, la renovada ilusión de volver a caminar por senderos desconocidos."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

domingo, 4 de marzo de 2012

Te nocturno entre tus ausencias


"Te nocturno entre tus ausencias... y te encuentro tan presente, como si aún no te hubieras ido, y la brisa de esta tarde fuera el aire de tu mirada, y tus ojos, y tus palabras, que dibujan cada estrella, y el contorno de esta distancia, y tu silencio, cuando te nocturno entre tus ausencias...
una ausencia de tu cuerpo, y de tu sombra que es tan recuerdo, tan silencio entre mis sábanas, que me ahoga por las noches, cuando la ausencia se me pega, como un sueño que me hostiga en la mañana, y durante el día, y vuelve inútil cada grito, y no hay huida en las noches largas, cuando intento aferrarme a algo que se desvanece en el silencio, y me pierdo en lo indecible, mientras te nocturno entre tus ausencias...
y hay ausencias tan canallas, que trascienden lo que sangran, y sangrar ya es demasiado, cuando la herida es la de uno mismo, y se coagulan los recuerdos, y se secan las venas muertas, y cada llanto es una herida abierta, que se llora hacia adentro, y adentro es tan oscuro, y cada noche es tan silencio, y te busco entre los sueños, y te nombro entre los dientes, y te maldigo - no te ofendas – si te nocturno entre tus ausencias...
y maldigo este nocturno largo, tan cargado de esta ausencia tuya, y de insomnios tristes, con ojos que muerden en la noche, tan profunda, tan dormida, sangre cansada que revienta las heridas, y te sangro entre las sombras nuevas, en el silencio, y en los rincones, donde aguardan agazapados los aullidos que te nombran, cuando el sueño nunca llega, y la noche es tan pesadilla, si te nocturno entre tus ausencias. "

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

jueves, 23 de febrero de 2012

Por donde pasa la noche mía...



"Por donde pasa la noche mía... me encontraste en aquella esquina, y ya no pude soltarme de vos. Fue en la hora última de aquel crepúsculo / de aquella tarde, y de aquel verano, que te cruzaste pateando piedras en mi camino, y fue en esa hora tan tardía del verano, cuando los pasos de los amantes comienzan a languidecer / y la agonía improbable del sol retumba irreverente por los rincones de la tarde, y sólo fue un instante hermoso -ya lo sé- que pareció tan infinito, y las horas ya estaban muertas, y mis pies eran tan cansados, cuando llegaste vos con tus ojos tristes, y te plantaste en silencio delante de mío, con tu sonrisa semejante, y tu mirada tan promesa, ¿y si  fue en una broma empecinada del destino? ¿o en una guasa distraída, que equivocó su caribe? porque nuestro mar nunca fue muy esmeralda, y nuestro verano no tiene palmeras, y nuestra arena que aún esconde huellas, que son las tuyas, y son las mías, y las de esa tarde nuestra, que se hundió en la orilla / cuando la última luna del verano se reflejó en tus ojos, y la brisa era tan nostalgia sobre el mar, y sobre nosotros, y por donde ahora pasa esta larga noche mía...
y la noche siempre se pasa de nostalgias, y de brisas de vos, de huellas que sobrevivieron diez veranos, y que se tranformaron en este amor, que nunca supo de arenas blandas, ni de los presagios de tus caricias, las que llegaron a enloquecer mi rostro, y a enardecer mi piel prohibida, y en tantas noches que fueron cielo, bajo tantas lunas que fueron nuestras / y tal vez fue el conjuro de una estrella infiel, la que confabuló el secreto, o el misterio último que encondían tus palabras, como una herida en el destino, o en la nostalgia de esos puertos nuevos, que te arrancarían de mi lado, y de mis venas, y me condenarían cada verano a contemplar el mismo mar, sentada al borde de esta orilla en sombras, por donde pasa la noche mía..
una noche que cada noche fue más noche mía, y más larga, y más triste, y más lejos de tus caricias, que tardé tanto en aprender a no esperarte, porque una brisa nunca olvida, ni la noche larga, ni la estrella pérfida, ni los nombres que se escriben en las orillas, que son huellas que van más allá del mar, y te hieren como una noche larga, y no es niguna broma, como el beso de aquel verano, o ese roce maldito tuyo / que me dejó amarrada a vos, y a esta nostalgia de labios conocidos tuyos, que ahora beben de otro mar, y duermen bajo otra luna, y me dejan esta noche sin estrellas, abandonada y fría, a la sombra de tu mirada, por donde pasa la noche mía..."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"


miércoles, 10 de agosto de 2011

Cae la noche

"Nuevamente volvió su mirada a las gaviotas
sobre el cielo en decadencia.Las oscuras siluetas
de los rascacielos en medio de cárdenos esplendores
y catedrales de humo, y poco a poco
entre los melancólicos violáceos
que preparan la funeraria corte de la noche.
Agonizaba la ciudad entera, alguien que en vida fue
groseramente ruidoso pero que ahora moría
en dramático silencio, solo, vuelto hacia sí mismo, pensativo.
El silencio se hacía más grave a medida que avanzaba la
noche, como se recibe siempre a los heraldos de las tinieblas.
Y así terminó un día más en Buenos Aires,
algo irrecuperable para siempre,
algo que lo acercaba un poco más a su propia muerte".


"Abaddon el Exterminador", E. Sábato.

domingo, 7 de agosto de 2011

A punto de Caer

No te has dado cuenta aún pero...
en breve el día morirá,
y serás arrebatado de las calles
por un dolor crepuscular
que te morderá en la nuca,
y te llenará los ojos
de sombras y de sangre,
de lágrimas mutiladas
que se volcarán hacia adentro,
y sentirás su ardor
recorrerte las venas,
a punto de reventar...
y sucumbirán tus sueños a ese dolor,
y caerás de rodillas
en medio de la noche,
y pedirás perdón a las estrellas,
y clemencia a los sapos,
y rogarás por despertar,
y entregarás tu espada,
sabiéndote vencido,
una vez mas...
y cuando te sientas a punto
de abandonar este abismo,
de repente, sentirás el calor
de su mano en tu mano,
y toda la ternura de su voz,
rompiendo el conjuro junto a ti,
te reconocerás en sus ojos,
y despertarás de ese mal sueño,
a salvo...

Al borde de la acera,
justo antes de cruzar.

jueves, 23 de junio de 2011

Nocturno

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más
solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote
hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los
patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las
mentiras, y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se afixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles
para que tuviéran tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a
veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas,
tiene algo de siniestro y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el
lomo, y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura
comparable a la de acariciar algo que duerme.

Oliverio Girondo

lunes, 20 de junio de 2011

Nocturno ll

Avanza esta noche espesa, difícil de digerir en soledad. Los colores soñados de ayer no encuentran hoy, sitio donde manifestarse, donde desplegar esos destellos fabuleros que calman. Una sombra huérfana corre por las calles abandonadas de esta vieja ciudad sin dueño. Los animales nocturnos huyen de un presagio apocalíptico y hasta trémulos los fantasmas engullen los sonidos de la noche y se diluyen en la nada, al doblar la esquina.
Desde la ventana alta de mi habitación soy testigo de la gesta, adivino el espectáculo macabro, con la certeza de un miedo inmenso que no permitirá conciliar hoy, ni un solo sueño inocente.
¿Cómo hacer para no caer en el embrujo de esta noche siniestra y larga? ¿Cómo olvidar la historia narrada a través del cristal? Si al amparo del silencio noctámbulo sobrevive la siniestra espera de un cuerpo resignado para sacrificar.
Ante el final anunciado / una posible salvación. Solo un camino que, aunque incierto ahora, promete al final, el anhelado exterminio de las manifestaciones amenazantes de esta realidad - mediocre y asfixiante - de cada dia. El arribo a su imagen divina, refugio y oasis donde descansar al fin, adormilado y seguro en el manto de dulzura que persigo durante el día...
pero que solo podré alcanzar y acariciar tibiamente, en noches como esta.

jueves, 16 de junio de 2011

La Ignoriancia y la Felicidad

La ignorancia trae felicidad

“¿Fue el frío lo que me despertó esa noche? ¿O el penetrante olor nauseabundo que me asfixiaba?
No puedo recordar, y tampoco importa ya.
Había perseguido tu rastro por toda la ciudad, y no fuí capaz de alcanzarte. Tu fugitiva sombra enseguida se convirtió en fantasma de ayer.
A mi me alcanzó la noche, y me encerró en un rincón del andén. Sobre un colchón de cartones y periódicos húmedos, observaba la negrura del cielo, y el guiño cómplice de alguna estrella que estaba de mi parte. El resto, miraba hacia otro lado.
Con mirada abandonada busqué refugio en el silencio de la luna, una respuesta, y ella, enternecida, me acarició.
No recuerdo si me quedé dormido al instante, o fue el canto de un gorrión.
Tal vez te soñé dormido, tal vez llegaste junto a mi.
Apareciste silenciosa y etérea, toda una imagen de mi salvación. Me tendiste la mano, y una sonrisa, y logré incorporarme frente a ti. Mi cuerpo, cansado del tiempo, se estremeció al descubrir tu presencia. Adivinaste mis sentimientos, y mi carencia, y sin decir nada avanzaste hacia mi.
Tu silencio lo decía todo, y asustado te seguí hasta un banco abandonado. El vacío era total y siniestro, en la noche, y en la estación.
Recuerdo, eso si, que sobraban las palabras, y no nos dijimos nada; no hubo mas necesidad, que mirarnos a los ojos. Algo se escapó de mis adentro, y saltó dentro de ti. Luego de un recorrido fugaz por tu ser, ese rayo de luz volvió a mi.
Quise decir algo, pero no encontré los sonidos. Sobraba la pregunta.
El tren silbó tu nombre, y tu te caminaste hacia él. Un dedo tierno tuyo acallaba mis labios, y las lágrimas ardientes, brotaban hacia adentro. Con tristeza infinita, vi como te alejabas, mientras resonaba en mí el eco de nuestras últimas palabras de ayer.
¿¿Qué haremos ahora??
Algo se nos ocurrirá...
No recuerdo si esa noche me dijiste hacia donde ibas, o solamente huías. Yo tampoco supe cómo preguntar.
Ignoro tu siguiente paso, y soy incapaz de planear el mío. Ante la certeza del re-encuentro, poco importan ya los detalles del camino.
Y esta, así de simple, es nuestra gran felicidad de hoy.