sábado, 8 de junio de 2013

Escribir

Escribir... o permanecer en ese tiempo impreciso de la escritura. Vomitar como endemoniado... sin tiempo ni música, sin fuerzas para pensar en lo que vendrá - si total, ya nada importa.
Y es entonces cuando el cuerpo estalla, avanza, y se quiebra...
y surgen hambrientas las grietas /  las venas, que supuran el veneno...
amargo, intenso, en todas direcciones...
salpicando las sábanas y las paredes, los sueños y las hojas en blanco.
Y el dolor entonces es inmenso, pero dulce, como un orgasmo...
Estremecerse, escribir, y estallar al fin... devorar en silencio ese estallido, y quedarse ahí, quietito... abrazado al verso, con los ojos vacíos desbordados de lágrimas; y el cuerpo, agotado...
casi adormecido.

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