domingo, 18 de diciembre de 2011

La Nada absoluta y divina...


El ejercicio tal vez sea esto...

deambular a través del silencio,
arrimarse a lo intangible y
penetrar sin piedad
el instante sagrado.

Detenerse entonces y
permanecer hundido en la ofrenda,
sensible hasta los huesos
a lo que brote de los sentidos.

La nada absoluta    y divina...
y un estallido en los ojos
y un llanto secreto
y un fuego que arde en las entrañas

En un instante que no admite piedad,
caen destrozadas las verdades siniestras,
y surge sublime la visión privilegiada,
el vacío insuperable de los caminos que se abren.

Se manifiesta virgen la belleza
y ofrece un regazo oculto al final de la cueva,
recostado en él vemos pasar la Idea,
como un reflejo preciso de lo que ansiamos atrapar.

Cae la mano y la sentencia,
sometidas las palabras después del juego
el instinto teje un designio fatal
exuberante por fin
en los contornos de un verso

que no hace falta escribir.

No hay comentarios: