viernes, 9 de diciembre de 2011

El Triangulo de Horschell

"(...) -Cógelo !! -

y lanzó el reloj al aire, pero su tío en demostración de su rusticidad pegó una revolera y lo atrapó a media columna, afirmando su anarquía prosódica en la comprobación practica del triángulo de Horschell, pero su esplendida elasticidad muscular de jutía carabalí, dominó el espacio de una hojosa copa de ceiba, trenzada de lujuriosos laberintos y de parasitaria humillación. Esa noche su tío Luis llego de la opera más tarde que nunca y tuvo el cuarto encendido hasta la madrugada. José Eugenio sintió la tosca e inocente venganza del provinciano operático, humillado y reptante hasta adquirir un bien entresoñado, y después indiferente, desafiador, y manejando despiadadamente los registros de su olvidadizo resentimiento. Sus fingidos olvidos, duros como granadillos, eran sus tentáculos defensivos de amiba frente a la circunstancia. Su rústico tío Luis, había metamorfoseado la dignidad del olvido en un flagelo amiboideo."

J.Lezama Lima, Paradiso

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