lunes, 26 de septiembre de 2011

Un Alma Buena...

"Don't get me wrong, she was more or less a good soul
but the world is full of more or less good souls
and look where we are:
sitting on the last second of every minute..."


C. Bukowski

sábado, 24 de septiembre de 2011

The Crack-Up

‎"The test of a first rate intelligence is... .". -.

 F.S.Fitzgerald



"La prueba de una inteligencia de primer orden
es la capacidad de sostener en la mente dos ideas opuestas, a la vez,
sin que haya merma de funcionamiento.

Uno debería, por ejemplo, ser capaz de entender que algo es irremediable
y sin embargo decidirse a cambiarlo."


"The Crack-Up", F.S.Fitzgerald

jueves, 22 de septiembre de 2011

El corazón, si pudiese pensar, se pararía...

"La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia;
porque la inconsciencia es
el fundamento de la vida.
El corazón, si pudiese pensar,
se pararía."


"El Libro del Desasosiego", F. Pessoa

lunes, 19 de septiembre de 2011

Mañana, Primavera

Aparece el sol, como cada mañana,
fragmentado y total,
y decido deslizarme
tobogán abajo,
y aterrizar entre aquellas
flores tibias /

(sin tocarlas)

me ofrecen manos / sonrisas
caricias perfumadas
del nuevo día.

Acepto,
(triste y cordial),
y sigo mi camino.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El Inombrable

"... I'll go on. You must say words, as long as there are any - until they find me, until they say me. (Strange pain, strange sin!) You must go on. Perhaps it's done already. Perhaps they have said me already. Perhaps they have carried me to the threshold of my story, before the door that opens on my story. (That would surprise me, if it opens.)

It will be I? It will be the silence, where I am? I don't know, I'll never know: in the silence you don't know.

You must go on.

I can't go on.

I'll go on."

Samuel Beckett, "The Unnamable"

Voz Embriagada

‎"A literatura, às vezes,
é uma voz embriagada que canta."

João Gilberto Noll

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Rojo Falso Coral

Estalla tu nombre en las rocas
destello de tu último adiós /
caricia de espuma
(retorno al olvido)
Ahogado en el grito nocturno,
Preso del mar sombrío.


Embravecida tormenta lejana
Que cubre de velo enmhohecido,
El barranco decisivo
Del salto liberador.

Allá parto a buscarte
Cínica sirena enternecida,
Que quisieras correr
y ya no puedes

Ni ocultar tu rostro avergonzado
Detrás de olas inquietas,
Que susurran el llanto quebrado
De aquel tiempo perdido.

Toda criatura del mar
Sigue tu paso arrepentido
Te escupen, con rabia la sal
en tu herida mas abierta.

El ave gigante se avecina
(Cansada de volar)
A destrozar,
tu miseria
y tu discurso...

De nácar brillo suave
De rojo falso coral.



16/09/2008

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Piernas

"Piernas, y mas piernas. Piernas que no cesan de pasearse por esta esquina. Sentado a la mesa de un bar, observo el movimiento allí afuera; un constante y desprolijo “ir y venir” de piernas.
Piernas que bajan de la acera y se detienen de imprevisto, para dejar pasar a un coche, o evitar ser atropelladas por una bicicleta. Piernas que parecen conversar, unas frente a otras, preguntarse la hora, o pedir un cigarrillo. Piernas que saltan un charco, y otras que ensayan en su andar el “punto y coma” que sirva para esquivar algún regalito canino, mal oliente y olvidado, dejadez cívica de algún vecino mal educado. Piernas en pareja, caminando al unísono, para distraer la envidia hacia otras extremidades que pueden entrelazarse, balanceándose al caminar, sin riesgo ni miedo de un tropezón fatal. Piernas que se detienen a otear en todas direcciones, en busca del nombre de una calle, esa coordenada perdida. Piernas flexionadas sutilmente, políticamente correctas, para alzar del suelo el envoltorio de cigarrillos que dejó algún paseante desubicado. Piernas que vienen y van, se rozan, casi se erizan, sin reconocerse, sin saludar. Piernas de pasos decididos, tal vez apresurados, al encuentro de él. Piernas, tímidas y dubitativas, miedo de barrios alejados, de geografías desconocidas, y de mal presentimiento. Piernas de pasos lentos, cansados ya del tiempo, y de caminar las mismas calles, sin llegar a ningún lado. Piernas corriendo, unas detrás de otras, una ecuación de rutina que resolverá al fin la persecución, y el reparto del botín. Piernas largas, hermosas y sensuales, que se detienen hacía mí, y aguardan. Piernas ansiosas del encuentro, entregadas a una contemplación a la que me tienen amarrado. Pasos decididos que penetran en el bar, con su aire despreocupado y seductor. Piernas en espera frente a mí, sonrisa y rostro que adivino, mirada cómplice que invita y justifica, arrea una premonición nocturna, de juegos húmedos, y piernas abiertas."

Abrazado a una Palabra, que es a la vez, Canción y Destino

Existe en Portugal, una palabra: fado, que nombra a la vez la canción y el destino.

En el puerto terminal donde nací, tan al sur como casi ningún barco portugués llegara nunca, entre barcos escorados, establecimientos ruinosos, malecones invadidos de malezas, quizá algún último náufrago cantara, aún, un fado... o lo callara. En las noches del verano final, tal vez fuera de fado ese silencio que cercaba las casillas temblorosas, entremezclado al hedor del río casi muerto; ese silencio que, como una bandada se precipita sobre el único pez, y se dispersa, nos llevamos luego por los mares del mundo.

Y sin embargo, dice la tradición, nadie reconoce en realidad el fado hasta que, agotada la primera aventura, concluido el primer poema, una mujer sale a nuestro encuentro, y nos lo canta en respuesta. Su voz es voz de agua. Y es como si el río que nunca conocimos volviera a llenar los canales resecos, a botar las naves varadas de aquel puerto de infancia, aunque solo exista, ya, en nuestro propio corazón.

El fado es canción de ribera, de la frontera fluctuante entre al agua y la tierra, y lleva en sí el estigma de esa demediación. El fado canta historias de marinos que desean solo lo desconocido, pero mueren de saudade por la casa de la orilla donde todo se sabía. Poetas que maldicen el dolor, como quien maldice el fuego humoso de una hoguera, solo para acogerlo; o que cantan a la felicidad apenas para unirla a la desdicha. Asi, el fado, aunque canción de amor, resiste a toda intimidad, y se sigue entonando como cantar de gesta, como si ahora que la última batalla ha terminado, la guerra siguiera dentro de nosotros.

Finalmente, el fado es canción tan antigua que ya nadie recuerda quien la inventó... El único barco (dicen los fadistas) que ha de llevarlo por los puertos de las generaciones, es la memoria... y acaso sea la costumbre de leer en los cuerpos (el del amante, el de la lengua), ese hábito que sólo el amor puede volver exhaustivo, donde reside la clave de su olvidada poética.

Para entrenar tan sutil habilidad, todo fadista se habitúa desde niño al simple ejercicio de llevarse al oído el caracol vacío, como si el verdadero significado de la voz se encontrara en lo ausente...

Y si, con todo esto, Portugal pregunta cómo y cuándo nace el fado, el fado siempre le contesta con la misma frase: “cada vez que alguien canta la canción de su destino”.



"FADO", L. Brizuela