miércoles, 3 de agosto de 2011

Sueño abierto

“¿Y ya con qué voy a soñar,
cuando he sido tan feliz despierto?”

“Noches Blancas”, F. Dostoievski


"Hace días, (vidas) , que se desató la búsqueda. El decorado se diluye en colores y acaba en intento surrealista de colorear un paisaje borroso, y demasiado incoherente. Ante un suelo dudoso, los pasos se someten al temblor, y pierden el rumbo. La encrucijada no tiene salida real, solo un camino de fantasía, y un pasaje sin destino. Soñar soñándose, es caer al vacío, despertar al borde del precipicio, y volver a caer... la rueda es infinita, y no cesa de girar. Descifrar la trama, es comprender esa lengua única, es abrazar el destino de reposar nuestra angustia, nacida al borde de ese abismo, sobre una caricia, lejana, de mujer.
Si al estirar la mano se roza un sueño, soñado tan perfecto... florece alrededor de la vigilia, el éxtasis de pertenecer. La realidad pretendida desde el otro lado, se vuelve innecesaria aquí, y huye, fugitiva en las sombras de un deseo obsoleto.
Invertir las fuerzas, y aguijonear el sueño, para sembrar la semilla de donde nazca la duda, el ímpetu de forzar la realidad, hasta que se desmoronen sus límites cobardes y se fundan con el sueño....

..hasta que al abrir los ojos,
todo sea sueño,
la esquina, la plaza, el banco,
que no se altere la configuración,
felicidad divina,
sublime de hoy."

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