lunes, 22 de agosto de 2011

Slam !!

Slam!!, se cierra la puerta con un golpe.
Un silencio sepulcral
transforma la habitación en tumba,
gélido el aire
y enseguida...
el eco desesperado
de unos pasos rápidos
bajando por las escaleras.
Sobre la mesa,
un libro abierto,
y un verso que gatilla:
...que poco dura una estela...

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