jueves, 23 de junio de 2011

“No te dejes destruir,
oh, no me cedas la victoria fácil!”



LIQUDACIÓN DE SALDOS

Me siento morir en ti, atravesado de espacios
que crecen, que me comen igual que mariposas
hambrientas.
Cierro los ojos y estoy tendido en tu memoria,
apenas vivo,
con los abiertos labios donde remonta el río del olvido.
Y tu, con delicadas pinzas de paciencia me arrancas
los dientes, las pestañas, me desnudas
el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio
y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose.
Transparente, aguzado, entretejido de aire
floto en la duermevela, y todavía
digo tu nombre y te despierto acongojada.
Pero te esfuerzas y me olvidas,
yo soy apenas la burbuja
que te refleja, que destruirás
con solo un parpadeo.

J.Cortázar

***


Mañana, que es mañana, ayer, y mucho más, ya no estarás aquí. Y eso también es una certeza que intento evadir. Se demorará el despertar en una ausencia resignada, e intentará el cuerpo revelarse a seguir. Y triunfará esa madrugada.
Pero algún día, tal vez, otro nombre se cruzará en mi camino, distante de ti, y las comparaciones serán tan inevitables como ridículas; un intento inútil de volver-te a ver, o de asesinar de un golpe certero lo que ya no habita.
Sobrarán entonces las palabras al atardecer,
y alguna noche,
de seguro,
dormiré mal.
Justo antes del final, bajo una constelación sospechosamente nueva,
descubriré unos ojos oteando hacia la misma cima,
sin intención de reflejo...
solo a la espera de
una mirada común, y
con las mismas coordenadas.

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